sábado, 17 de agosto de 2013









Una mujer caminaba en el monte, entre la maleza.

De pronto el cielo se cubrió con una nube negra como el carbón.

Ella temblaba como un volcán en erupción cuando cayó un rayo que la rapto.



Un día después, ella estaba acostada sobre una alfombra de hierbas, despertó y una sensación desconocida le invadía su cuerpo.

El tiempo le anuncio un hijo.

Esa mujer sabia de quién era el niño.



El niño creció fuerte como un toro, le gustaba jugar bajo la lluvia, tenia el don de hacer llover.



Un día, ya hombre, el hijo partió

y como su madre, caminando entre la maleza desapareció.

Su madre lo vio alejarse y una verdad se deslizó de su boca: “ahí va el hijo de trueno”.




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